Diciembre ya está aquí, las posadas están a punto de comenzar, los niños esperan con ansia los regalos de Santa, los adultos esperan el día último del año para jurarse a sí mismos ser una mejor persona el año entrante. Toneladas de uvas son ingeridas alrededor del mundo celebrando el firme propósito de bajar de peso, dejar de fumar, ahorrar, ser fiel y una lista interminable de actos que se cumplen durante 4 o 5 semanas. Diciembre es también el mes idóneo para comprar muchas cosas, dado que todos nos sentimos merecedores de regalos caros por haber trabajado tan duro todo el año, las familias se reunen para adornar la casa y el árbol, en fin, esta época es muy disfrutable y placentera para casi todas las personas, sin embargo tiene también su lado oscuro: Diciembre es el mes escogido para una de las mayores lavadas de cerebro en la historia de nuestro país: El Teletón.
El show empieza desde mediados de noviembre, cuando todos y cada uno de los programas de la televisora que impulsa tal movimiento tiene una alcancía con el respectivo logo, los noticieros tienen "invitados especiales" hablando de lo importante que es ayudar -lo cual sería muy noble si realmente fuera su propósito- y lucerito sale haciendo gala de su mejor léxico y actuación para convencer a todo el país de que debe ayudar y cooperar para reunir cantidades estratosféricas de dinero. Somos bombardeados con publicidad acerca del Teletón y ni siquiera estamos a salvo en los canales de paga, pues la extensión y fuerza del brazo de Azcárraga son grandes.
Los que llegaron a este punto del post
deben pensar que soy un desalmado cerdo fascista frío y sin sentimientos, pero la realidad es que esa descripción encaja mucho mejor con los organizadores de esa magnífica puesta en escena anual llamada Teletón.
Para empezar, la época escogida para llevar a cabo esa falacia nacional no pudo haber sido mejor, es en estas fechas cuando todos tenemos ese espíritu caritativo, algo en nuestro ser nos dice que debemos ser buenos con la humanidad para hacer de este mundo un lugar mejor y eso es aprovechado al 200% por los mercadólogos y organizadores.
La temática no está nada mal tampoco, donar dinero para niños discapacitados que necesitan de toda la ayuda posible para ser rehabilitados, cosa en la que estoy totalmente de acuerdo, ellos necesitan ayuda, pero no necesitan ser usados de pretexto.
La combinación de estos 2 factores, sumados a imagenes de niños con alguna discapacidad (imágenes que más que solidaridad pretenden causar lástima, pues Televisa sabe que la lástima vende excelente) hace que se despierte en las personas un genuino deseo de ayudar, lo cual tampoco está nada mal.
Lo que está mal es que en base a los sentimientos generados, las compañías inmiscuidas hagan negocio, en contubernio con el gobierno, dado que es debido a su incapacidad para hacer las cosas que la iniciativa privada se aprovecha para sacarle dinero a la población, quienes en ocasiones sacrifican cosas con tal de donar y creen ciegamente que su dinero será destinado para ayudar a esos niños que vemos exhibidos en tantos y tantos spots televisivos.
Es verdad que se han construido muchos CRIT's, algunos niños han recibido ayuda, pero eso no es más que una fachada, la cantidad de impuestos que Las Empresas deducen es increíble, y lo peor es que ni siquiera lo hacen con dinero de su capital, sino con el de sus empleados, puesto que algunas compañías obligan a aportar, es decir, que "invitan" a sus trabajadores a "donar" una parte de su miserable sueldo para que un alto ejecutivo se presente el día del evento entregando un cheque enorme a Marco Antonio Regil para quedar bien con Televisa.
El año pasado se sangró a la nación con más de 400 millones de pesos visibles, y algunos otros cientos de millones ocultos bajo deducción de impuestos, desvíos de fondos, recursos humanos donados y convenios entre empresas multimillonarias que al final tienen un sólo propósito: Enriquecer sus bolsillos a costa de la genuina bondad de la población.
¿O a caso creen que si la voluntad fuera real, no sería mucho más fácil donar el dinero gastado en toda la parafernalia utilizada? Comerciales de de T.V. y radio, anuncios espectaculares, en revistas, periódicos, internet, flyers, playeras, gorras, plumas, equipo técnico, luces, sonido, uso de satélites, etc. Esos costos no son absorbidos por la televisora, son pagados por tí, donador.
La voluntad de ayudar está ahí, dentro de nosotros, y si realmente queremos apoyar podemos hacerlo donando recursos a casas de asistencia, hospitales, y centros de rehabilitación ya existentes, sin ayudar de paso a empresarios que lo único que quieren es que su ya de por sí alterada declaración de impuestos sea más fraudulenta.
¿Quién dijo que las telenovelas de Televisa son poco realistas? Cada año se produce una que engaña a todo el país, con el apoyo de los círculos más altos del poder en México,
y va por una edición más.