9 de agosto de 2012

5 bateristas muy sobrevaluados

En todas partes siempre nos toparemos con personas que aparentan (a veces sin quererlo) ser mejores de lo que son; incluso es muy probable que nosotros mismos seamos sobrevalorados por aquellos con los que convivimos.
Siendo el ambiente musical un movimiento lleno de apariencias y artimañas cada vez más descaradas con el único fin de vender más y más material, muchas veces un producto se nos anuncia como lo mejor, cuando no podría ser más mediocre.
Una de mis más grandes pasiones es tocar la batería, y siempre me ha gustado investigar acerca de técnicas para poder mejorar mi desempeño, pero hay miles de bateristas que al parecer no les importa un comino ser verdaderamente buenos músicos. ¿Para qué? Si la fama y el dinero ya lo tienen.
Es por eso que aquí les presento mi humilde opinión de los 5 bateristas más sobrevaluados del mainstream.

5.- Chad Smith.

El gemelo de Will Ferrell (no lo es, pero podría serlo) es el encargado de los tambores en una de las bandas más grandes y con mayor trayectoria dentro del Rock Alternativo: Red Hot Chili Peppers. Podrán decir lo que quieran, pero el estilo de esta banda fue marcado y desarrollado por John Frusciante y Flea, guitarrista y bajista respectivamente. Chad Smith podría ser reemplazado en la banda y no habría mayor problema.


4.- Joey Jordison.

Sé que puedo tocar algunas fibras sensibles, porque es considerado uno de los mejores en su género. Jordison es rápido... muy rápido, pero su técnica no es buena, además de que le falta imaginación. Es bueno, lo reconozco, pero no es uno de los mejores.


3.- Nick Mason.

Soy muy fanático de Pink Floyd, tengo todos sus discos de estudio, pero hay qué saber cuándo ser objetivos. Sé que el estilo de la banda no requería a un baterista virtuoso, pero vamos, que Mason tiene bastantes limitaciones a la hora de ejecutar su instrumento. El trabajo colectivo de Floyd es excelso, pero las aportaciones de Mason a la banda son paupérrimas.


2.- Ringo Starr.


Un caso similar al de Mason. Le tocó la suerte de estar en el lugar preciso en el momento preciso. Y es que, John, George y Paul pudieron haber encontrado un mejor baterista lanzando una moneda al aire y viendo a quién le pegaba. Digamos que si el baterista de The Beatles hubiese sido Mason, y Starr el de Pink Floyd, no mucho fuese diferente.

Y el premio del baterista más sobrevaluado va para...


1.- Lars Ulrich.

No podía ser para alguien más. Es por todos conocido que el encargado de la base rítmica de Metallica es bastante deficiente en sus interpretaciones en vivo. No puede mantener un tiempo constante, evita a toda costa tocar las partes que requieren doble bombo y se equivoca frecuentemente. Tal vez habría sido mejor que se dedicara al tenis...

Sé que si alguien comenta este post (improbable que así sea) usarán el argumento de que yo no soy ni la milésima parte de millonario y famoso que ellos, pero recordemos que lo más conocido no siempre es lo mejor.

7 de agosto de 2012

México: una oda a la hipocresía

En incontables ocasiones hemos escuchado la frase "México es el país de no pasa nada" y aunque estos meses hemos escuchado acerca de marchas, protestas y movimientos para tratar de evitar la imposición presidencial que tan evidentemente ha sido puesta en marcha por las cúpulas empresariales en este país, se ha puesto de manifiesto un episodio más de la hipocresía social mexicana.
Para entrar en atecedentes, previo de las elecciones se formó el movimiento llamado #YoSoy132, que pretendía crear conciencia ciudadana acerca de que Enrique Peña Nieto estaba siendo favorecido por Televisa y la Organización Editorial Mexicana. Dicho movimiento intentaba frenar esa tendencia de hacer creer que él era la mejor opción.

Llegó el 1 de julio, y Peña Nieto fue declarado presidente electo de México, y los #YoSoy132 organizaron más marchas y boicots contra Televisa y otras empresas reponsables de la manipulación de los medios en favor de Peña.
Mayormente a través de internet, la ciudadanía fue llamada a oponerse a la aceptación del representante priísta como ganador de la contienda electoral, y el sector joven de la población se mostró abierto a exponer su inconformidad... hasta la publicación del cartel del festival Corona Capital.
Dicho evento es organizado, entre otras empresas por OCESA, empresa que pertenece a Grupo Televisa. Estamos de nuevo ante un caso en el que, cuando el pueblo muestra cualquier signo de hambre (inconformidad) ante el Estado, basta con que éste de unas migajas de pan (entretenimiento) para que todas las molestias se olviden, y sigamos tan amigos como siempre.

¿A caso no hemos aprendido nada? ¡Por favor! Estamos en la segunda década del siglo XXI, y seguimos siendo tan manipulados como hace cien años. Nos las damos de muy avanzados y maduros, pretendemos estar listos para convertirnos en potencia mundial y nos quejamos porque el resto del mundo (los países que, a través de verdaderas revoluciones y boicots han logrado aquello que querían) nos miran con desdén. Somos, en este momento, la burla del mundo, porque supuestamente estamos indignadísimos, pero en cuanto nos enteramos que va a venir Cat Power, New Order, o The Black Keys, olvidamos toda nuestra furia para acudir pasivamente a ver un espectáculo que no es irrepetible. Vamos corriendo y con prisa, como en la conquista, a cambiar oro por simples espejitos.