7 de agosto de 2012

México: una oda a la hipocresía

En incontables ocasiones hemos escuchado la frase "México es el país de no pasa nada" y aunque estos meses hemos escuchado acerca de marchas, protestas y movimientos para tratar de evitar la imposición presidencial que tan evidentemente ha sido puesta en marcha por las cúpulas empresariales en este país, se ha puesto de manifiesto un episodio más de la hipocresía social mexicana.
Para entrar en atecedentes, previo de las elecciones se formó el movimiento llamado #YoSoy132, que pretendía crear conciencia ciudadana acerca de que Enrique Peña Nieto estaba siendo favorecido por Televisa y la Organización Editorial Mexicana. Dicho movimiento intentaba frenar esa tendencia de hacer creer que él era la mejor opción.

Llegó el 1 de julio, y Peña Nieto fue declarado presidente electo de México, y los #YoSoy132 organizaron más marchas y boicots contra Televisa y otras empresas reponsables de la manipulación de los medios en favor de Peña.
Mayormente a través de internet, la ciudadanía fue llamada a oponerse a la aceptación del representante priísta como ganador de la contienda electoral, y el sector joven de la población se mostró abierto a exponer su inconformidad... hasta la publicación del cartel del festival Corona Capital.
Dicho evento es organizado, entre otras empresas por OCESA, empresa que pertenece a Grupo Televisa. Estamos de nuevo ante un caso en el que, cuando el pueblo muestra cualquier signo de hambre (inconformidad) ante el Estado, basta con que éste de unas migajas de pan (entretenimiento) para que todas las molestias se olviden, y sigamos tan amigos como siempre.

¿A caso no hemos aprendido nada? ¡Por favor! Estamos en la segunda década del siglo XXI, y seguimos siendo tan manipulados como hace cien años. Nos las damos de muy avanzados y maduros, pretendemos estar listos para convertirnos en potencia mundial y nos quejamos porque el resto del mundo (los países que, a través de verdaderas revoluciones y boicots han logrado aquello que querían) nos miran con desdén. Somos, en este momento, la burla del mundo, porque supuestamente estamos indignadísimos, pero en cuanto nos enteramos que va a venir Cat Power, New Order, o The Black Keys, olvidamos toda nuestra furia para acudir pasivamente a ver un espectáculo que no es irrepetible. Vamos corriendo y con prisa, como en la conquista, a cambiar oro por simples espejitos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Al pueblo pan y circo... pero sobre todo circo!!

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