De hecho no, al menos en nuestro querido México comenzó hace mucho más tiempo, en aquellas épocas lejanas cuando podías conseguir cassettes piratas por $10 en los tianguis. Cuando llego el CD, su precio -en pirata- era de ¡$50! pero segúia siendo mucho más accesible que su contraparte original, que iba de los $200 hacia arriba.
Luego el internet se masificó, nuestro querido Carlos Slim trajo el dial-up a nuestros hogares y lo demás es historia, Napster nace, se desarrolla a niveles insospechados y muere. Decenas de redes P2P le suceden: Kazaa, Ares, Limewire, eMule, etc; después llegan los torrents y las velocidades de conexión son más rápidas con la introducción del ADSL, dándonos oportunidad de descargar materiales más pesados en tiempos más cortos.
Ojalá ésta historia fuera así de simple, pero no. Las disqueras han metido su cuchara y han empezado una guerra contra todo aquello que viola sus preciados "derechos de autor".
Pero ¿qué es realmente el Copyright? La fuente más obvia e inmediata -Wikipedia- lo define como "conjunto de normas y principios que regulan los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores, por el solo hecho de la creación de una obra literaria, artística, científica o didáctica, esté publicada o inédita"
Pero ¿qué es realmente el Copyright? La fuente más obvia e inmediata -Wikipedia- lo define como "conjunto de normas y principios que regulan los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores, por el solo hecho de la creación de una obra literaria, artística, científica o didáctica, esté publicada o inédita"
Hasta aquí todo va bien, el autor hace una obra, la registra y la protege contra copias ilegales.
Las cosas empiezan a complicarse un poco cuando nos preguntamos ¿qué se considera una copia ilegal? Bueno, eso depende de la legislación de cada país, pero en las naciones en que las doscográficas u otras entidades de gestión han realizado juicios a los administradores de redes de intercambio de información, ha quedado bien claro que no es ilegal compartir archivos a través de Internet, siempre y cuando no haya fines de lucro.
Las cosas empiezan a complicarse un poco cuando nos preguntamos ¿qué se considera una copia ilegal? Bueno, eso depende de la legislación de cada país, pero en las naciones en que las doscográficas u otras entidades de gestión han realizado juicios a los administradores de redes de intercambio de información, ha quedado bien claro que no es ilegal compartir archivos a través de Internet, siempre y cuando no haya fines de lucro.
Eso está a punto de cambiar, porque debido a las presiones ejercidas por entidades como SGAE en España y AMPROFON en nuestro país, los gobiernos comienzan a crear leyes para perseguir sin piedad a todo aquél que, según su criterio, proporcione o tenga acceso a material protegido por derecho de autor.
Ahora bien, ¿éste tipo de asociaciones buscan realmente proteger al autor? Según mi punto de vista, los creadores son los más perjudicados, he aquí un ejemplo para explicarlo:
1.-Un usuario descarga el soundtrack de una película que le encantó.
2.-Una entidad gestora demanda al usuario que subió a la red ese material, y al que lo descargó también.
3.- Se lleva a cabo un proceso jurídico en donde se determina que los usuarios deben pagar una cantidad exagerada por incurrir en un delito y además su ISP les dejará sin acceso a redes P2P o torrents.
4.- La entidad gestora se queda con la totalidad del dinero, siendo que ellos no son los autores del material descargado.
5.- El autor original ni siquiera se da cuenta de que alguien fue enjuiciado y multado por descargar "ilegalmente" material creado por él, y por supuesto no ve ni un centavo del "beneficio" obtenido por haber registrado el material.
1.-Un usuario descarga el soundtrack de una película que le encantó.
2.-Una entidad gestora demanda al usuario que subió a la red ese material, y al que lo descargó también.
3.- Se lleva a cabo un proceso jurídico en donde se determina que los usuarios deben pagar una cantidad exagerada por incurrir en un delito y además su ISP les dejará sin acceso a redes P2P o torrents.
4.- La entidad gestora se queda con la totalidad del dinero, siendo que ellos no son los autores del material descargado.
5.- El autor original ni siquiera se da cuenta de que alguien fue enjuiciado y multado por descargar "ilegalmente" material creado por él, y por supuesto no ve ni un centavo del "beneficio" obtenido por haber registrado el material.
¿Qué sucederá si éste tipo de propuestas llegan a ser aprobadas? Pues será que sólo tendremos acceso a la música que pasen en la radio o los canales de televisión, los artistas afiliados a una disquera grande tendrán menos exposición y menos ganancias como consecuencia, y si quieren tener éxito deberán mudarse a un sello independiente o de plano cambiar de profesión a alguna más redituable.
Viendo más allá, si la música no se difunde libremente, la gente perderá su influencia y habrá menos personas que quieran vivir de ella, los sellos se quedarán sin músicos a quienes fichar y entonces pensarán en un modelo que les permita subsistir, mismo que es necesario desde ahora pero que se niegan a poner en marcha.
Así que déjense de tonterías y pónganse a idear ese modelo en el que creador, mercado y compañia salgan ganando, porque al paso que van se quedarán sin artistas y sin consumidores.
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