El día de hoy me vino la idea de comenzar otra serie de posts (sé que tengo pendiente la segunda parte de "La importancia de los genios", no se me ha olvidado). En esta ocasión he decidido enfocarme en aquellos personajes que estuvieron a punto de conseguir el éxito, pero por una u otra razón quedaron fuera de la historia "oficial".
Como fanático de Apple que soy, no podía escoger a otro personaje que Ronald Wayne para inaugurar esta serie. ¿Quién diablos es Ronald Wayne y qué tiene que ver con Apple? se preguntarán las miles de personas que leen este blog (aja). Pues resulta que el citado sujeto es el tercer fundador de la compañía. La historia nos ha contado que Apple Computer fue fundada por dos Steves: Jobs y Wozniak, pero generalmente se les olvida mencionar al señor Wayne, quien fuera invitado por Jobs para que al momento de tomar cualquier decisión corporativa importante fuera imposible que hubiera un empate.
Lo más destacado que hizo Ronald en el corto tiempo que estuvo en la empresa, fue crear el primer logotipo, mismo que ilustra este post y que duró activo sólamente un año, siendo cambiado en 1977 por la archicononida manzanita mordida diseñada por Rob Janoff.
Wayne salió de Apple por voluntad propia, debido al temor que tenía de que la compañía no tuviera el éxito esperado, pues él mismo ya había vivido un fracaso al intentar establecer su propio negocio. No hay un dato oficial, pero se estima que vendió su parte en 800 dólares y no volvió a inmiscuirse en los asuntos del dúo Jobs-Wozniak.
Según cálculos de expertos, sus acciones valdrían a día de hoy unos 7000 millones de dólares, casi diez millones de veces el valor por el que fueron vendidas en ese entonces.
Todos hemos tomado malas decisiones en nuestra vida, y no debemos arrepentirnos de ello, dado que suponen un aprendizaje y un crecimiento personal; pero una decisión mal tomada que cuesta 7000 millones de dólares debe provocar a veces cierto remordimiento.
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