Estos genios están en todas partes, y en raras ocasiones, el azar, el destino, la suerte, el karma o como gusten llamarle, decide juntarlos para que cosas increíbles puedan ser creadas. Ejemplos de ello hay varios en el ámbito del arte, especialmente en la Música. Siendo un gran fanático de Pink Floyd, el primer caso que quiero exponer es sobre ellos.
Indiscutiblemente, el Genio Mayor, por llamarle de alguna forma, será siempre Syd Barrett, pero Waters, Gilmour y Wright no se quedan muy atrás (Mason, desde mi punto de vista, no marcaba una diferencia dentro de la banda.)
La época dorada (y con dorada no me refiero a la calidad de la obra, sino a la relevancia histórica) de Floyd fue mientras Roger Waters estuvo al frente, siendo estandartes los álbumes The Dark Side Of The Moon y The Wall, sin olvidar joyas como Animals, Wish You Were Here y The Final Cut. En este caso, podemos decir que el genio detrás de las letras y los conceptos fue Waters, pero de muy poco habría servido su genialidad a la hora de escribir sin los magníficos solos de guitarra y el feeling a la hora de cantar provistos por David Gilmour; piezas como Time, Comfortably Numb, Money, Shine On You Crazy Diamond o Mother serían inconcebibles sin la interpretación de Gimour.
Alguien me comentaba una vez que en la era post-Barrett, Pink Floyd le debía todo a Waters, y que el cerebro detrás del éxito fue él, pero la verdad es que fue una gloria compartida, porque gracias al trabajo en conjunto de estos genios, quedó un legado repleto de letras cargadas de reflexión y solos de guitarra que nos ponen la piel de gallina.
Para muestra, les dejo la interpretación de Comfortably Numb en vivo en el Live 8 en 2005. La última vez que Waters, Gilmour, Wright y Mason tocaron juntos como Pink Floyd.
Estas historias de genialidades continuarán.
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