En nuestro vilipendiado país, tan tristemente educado por las televisoras y medios de comunicación dedicados a vanagloriar las acciones del gobierno, ser ateo es sinónimo de ser satánico, rebelde, ignorante o delincuente; sin embargo, el ateísmo va más allá de no creer en un dios, como la raíz etimológica sugiere; ser ateo no significa estar en contra de las creencias religiosas, no es un pretexto para atacar y menospreciar a aquéllas personas que profesan un culto en particular, tampoco es una excusa para sentirse moralmente superior.
Ahora bien, veo una importante diferencia entre religión y espiritualidad, y considero que el ateísmo no está peleada con ésta última, pues la espiritualidad no requiere la creencia en un ser omnipotente, sino que es algo más personal, es buscar una armonía con el entorno, pero eso es tema aparte.
En México la religión es algo que ocupa una posición central en las vidas de sus habitantes, causa de que exista un importante rezago científico y tecnológico en esta nación; No quiero ser malinterpretado, pues sé de primera mano que existen personas dedicadas a la ciencia con pasión que conservan sus creencias en un ente superior. Empero, me refiero a la más común de las situaciones, pues aquél que halla una explicación divina a los fenómenos naturales y al transcurso de una vida, no necesita ir más allá, no tiene la necesidad ni el interés por investigar, leer, aprender y explicar el Universo sin la necesidad de un Dios.
¿Seríamos un país más desarrollado si le diéramos más peso a la cultura que a la religión? Sinceramente no lo creo, pues Carl Sagan tiene una frase que resume nuestra situación: "No puedes convencer a un creyente de nada porque sus creencias no están basadas en evidencia, están basadas en una enraizada necesidad de creer". Es decir, que aunque una persona tenga acceso a todos los datos necesarios para formarse una opinión informada, seguirá creyendo lo que decida creer, pues siempre encontrará una explicación para satisfacer sus lagunas.
Es necesaria la religión, no lo niego, pues es un lugar común en donde las personas encuentran alivio a sus pesares, es un placebo masivo, un creador de esperanza y tranquilidad, pero también un semillero de corrupción y lucro, abusos y arbitrariedades al por mayor. Veo necesario dejar de otorgar tanto poder a la Iglesia sobre las vidas de sus feligreses, dejarles formarse su propio criterio.
¿Eres ateo? Muy bien, sé que cada vez que alguien habla de Dios debes ponerte ansioso por explicarle cada uno de los argumentos por los que estás convencido de que no hay tal Dios, pero detente, pues estás cayendo en uno de los peores vicios de cualquier congregación religiosa: el adoctrinamiento.
¿Eres creyente? Excelente, es tu decisión creer en lo que desees, pero cuando conozcas a un ateo deja de intentar convencerlo de profesar tu doctrina, pues probablemente sus argumentos sean más fuertes que los tuyos, y recuerda que no creer también es una manera de creer en algo.
La religión ha sido históricamente una manera de explicar aquello que la ciencia no puede, pero poco a poco va ganando terreno. Hace no más de 150 años se creía que los rayos eran una fuerza solamente explicable mediante la ira de Dios, hoy dominamos la electricidad y es la base sobre la cual sustentamos nuestro desarrollo. Es natural que en épocas pretéritas necesitáramos un ser todopoderoso para explicar la vida, pero poco a poco descubrimos que, de existir, es ya el encargado de muy pocas tareas.