Durante el día de ayer hubo muchos usuarios apoyando el hashtag #renunciacalderon -así, sin acento- en twitter. En poco tiempo se posicionó como trending topic en la red social, causando tanto alboroto que decidí echar un vistazo a lo que decían los tweets que contenían dicha etiqueta. Efectivamente, las palabras que contiene lo dicen todo: la gran mayoría de los tweets mencionaban alguna causa por la que su autor creía que el presidente Felipe Calderón debería presentar su renuncia a su cargo como representante del Ejecutivo Federal.
Parece ser que nadie de los que apoyaba el hashtag era capaz de ponerse a reflexionar un poco sobre la verdadera situación del país, porque si bien coincido con que Calderón ha sido uno de los presidentes más ineficaces y grises que México ha tenido -y vaya que hay competencia-, los problemas de toda una nación no pueden ser descargados en los hombros de una sola persona, por muy influyente y poderosa que ésta sea. Felipe Caderón no es omnipotente, así que no podemos culparlo de absolutamente todo lo malo que pasa en el país en estos momentos.
Es cierto que su guerra contra el narcotráfico ha desembocado en una cruzada de violencia a lo largo y ancho del territorio, cobrando vidas de muchas personas inocentes y agravando más las situaciones de varios estados que ya eran preocupantes antes de que Pipo tomara el poder. Es verdad que una ciudad mexicana es la más peligrosa del mundo. Es verdad también que la crisis está devorando la economía, que los impuestos existentes no paran de subir y que hasta se inventan otros nuevos, en pocas palabras es innegable que México no deja de caer en picada hacia una situación realmente espeluznante.
Pero todo ésto es consecuencia de muchos años de malas prácticas por parte de los gobernantes, mismas que los ciudadanos hemos tolerado y lo seguimos haciendo, ¿cuántas personas pueden decir que al día de hoy no han fomentado la corrupción? Si Calderón se va, alguien tiene que sutituirlo, y entonces seguiremos estando cómodos vaciando nuestra parte de culpa sobre esa persona que tome el poder, y los diputados y senadores harán lo mismo.
No se trata de cambiar al presidente, ni de cambiar únicamente nuestra forma de pensar. Se trata de cambiar nuestra manera de actuar y dejar de poner excusas sin sentido. Felipe Calderón es culpable, pero no es el único.