La música ha coexistido con la humanidad desde que ésta aprendió a crear ritmos, y es probablemente la rama de las artes que más evolucion y cambios ha sufrido durante su existencia. Corrientes, géneros, exponentes, épocas, temáticas, experimentación y tendencias han marcado el camino que ha seguido a lo largo de su convivencia con el ser humano, y a diferencia de otras bellas artes como la escultura, la arquitectura o la cinematografía, la música parece dar la sensación de estar más al alcance de cualquiera que decida incursionar en ella, derivando en la creencia de que cualquiera puede crear una pieza musical.
En la antigüedad, la música tenía el status que realmente merece, era apreciada por todos pero interprerada sólo por unos cuantos elegidos; juglares y trovadores (verdaderos, no las mil réplicas de Fernando Delgadillo de hoy en día) que contaban leyendas con sus canciones, posteriormente por músicos y compositores que llenaban las cortes reales con piezas orquestales de una belleza y complejidad impresionantes.
En aquellas épocas, no era frecuente ni sencillo que alguien se convirtiera en músico, porque se estaba conciente de que se requería algo mucho más importante que las ganas y el gusto por el citado arte: el Talento, esa palabra tan infravalorada en nuestros días. Es debido a esta situación que considero a la música como el arte más degradado, porque, en otras palabras, se le ha perdido el respeto.
Ahora resulta que cualquier pelele que sabe hacer 6 power chords en una guitarra, o aquel que sabe un ritmo básico de 4/4 en la batería ya es músico. El talento mainstream en nuestros días parece basarse en la capacidad del autor por escribir letras cursis y arreglos melosos; no digo que no exista genuino talento, porque lo hay, pero se encuentra escondido en un lugar muy alejado y de difícil acceso para las masas.
Probablemente la música sea el arte más accesible, puesto que está presente en todos lados, pero accesibilidad no significa que cualquiera puede subir a un escenario, tomar algún instrumento y pretender ser un artista. O ¿a caso han visto que una persona común tome un cincel y un martillo y comienze a darle forma a un bloque de piedra? ¿Por qué debe ser diferente el hecho de tomar una guitarra y comenzar a escribir una canción?
Démosle a la música el respeto que se merece como arte. Si quieren convertirse en verdaderos músicos estudien los aspectos técnicos, practiquen, dedíquen tiempo para desarrollar el talento y que el término "artista" no les quede grande.
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